viernes, 25 de septiembre de 2015

Regalos

¿Son en realidad mis problemas un regalo?
Hacerme esta pregunta me hace tener dos reacciones a la vez.  Por una parte resistencia al asociar algo desagradable con algo que a todos nos gusta recibir, desde niña, y aún hoy en día, me emociona recibir regalos y pensar que todas aquellas cosas que me abruman son en realidad eso me inquieta, ¿como puede ser bueno si me hace sentir tan mal?, por otra parte, pensar en los problemas como un regalo, me da un aire de esperanza, de que al final, detrás de esto viene algo mejor y que solo es cuestión de esperar la recompensa.
Llevo un par de días pensando en este cambio de vocabulario y eso me hace llegar a un momento difícil de mi vida que tuve hace alrededor de doce años y que al final me dio dos de los mejores regalos que he recibido que son mis hijos. Si, efectivamente ese problema era en realidad un GRAN REGALO.
Por años la vida me ha dado "regalos" que se han transformado en lecciones, que me han ayudado a emprender, aprender y desaprender,  que me han sensibilizado para distinguir aquello que tiene verdadero valor, que me han hecho más humana y me han acercado paso a paso a Dios como padre y no Dios como juez,  y creo que esos regalos, seguirán llegando siempre acompañados de una recompensa que quizá no sea visible a los ojos de los demás, ni siquiera a los míos, pero que dentro de mi dejará alguna enseñanza.
Soy humana y tal vez, siga sintiendo resistencia a recibirlos, seguramente habrá aún noches en vela, incertidumbre y lágrimas de cansancio pero si en el fondo sigo teniendo la esperanza y la certeza de que todo eso es un verdadero REGALO será suficiente.