domingo, 14 de mayo de 2017

Que bueno que me gusta más la música...


Y al final, terminó mal, y no me refiero al marcador en contra sino a las malas actitudes y acciones que terminan en violencia, pero entonces y corrigiendo....todo empezó mal. 
Empezó cuando convertimos una afición en pasión, cuando caemos en provocaciones e incitaciones baratas que nos dejan resultados caros y cuando enseñamos a nuestros hijos que no hay nada mas importante que seguir al equipo de preferencia.
Algunas ocasiones han sido unos, otras veces han sido otros e incluso ha ido mas allá de perder o ganar porque la violencia se ha dado también, antes de iniciar un partido, con la guerra de palabras e insultos que muchos intercambian desde las redes sociales o como hace un año en el que aficionados de un equipo recibieron pedradas de parte de los seguidores del otro tan solo al llegar al estadio.
Que lástima que de un deporte tan hermoso se haga una batalla campal, física y verbal, en la que irónicamente los que pagan por disfrutarlo pierdan su integridad como si recibieran alguna recompensa de ello.
Nada justifica la violencia,  cuando hay violencia física olvidamos que también la hay verbal y que es tan poderosa como los golpes. 
Me avergüenza no como aficionada, porque realmente esto no tiene que ver con a quien apoyas,  sino como parte de la sociedad a la que pertenezco y en la que educo a mis hijos..... cuando pasan cosas así, agradezco que me guste mas la música que el futbol.

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