Y cuando la oruga creyó que era el fin...

"Y justo cuando la oruga creyó, que todo había terminado.....se convirtió en mariposa" (Anónimo)

Hay algo especial en las mariposas que me cautiva. A primera vista diría que es su belleza, su habilidad para volar y el posarse en cualquier sitio con elegancia, pero en el fondo podría decir que es más la transformación por la que tienen que pasar para llegar a ser lo que son.

Alguna vez escuche que para convertirnos en mariposa, debemos desear tanto volar que tenemos que rendirnos de ser orugas, y esa transformación duele, no es tan simple, no es de la noche a la mañana, lleva consigo mucho aprendizaje y para ello hay que recorrer mucho camino, a veces como la oruga, en condiciones muy limitadas.

Vivimos en un error cuando pensamos que con la edad nos vamos debilitando o cuando creemos que cerca de la muerte llega el ocaso de nuestra vida, hay quienes aseguran que con ella estamos apenas saliendo de nuestro capullo para una mejor y más perfecta vida pero en el fondo yo quisiera pensar que la transformación llega antes, tan sólo con atrevernos a volar, así nuestras heridas, marcas y huellas se irán convirtiendo en formas perfectas como las alas de las mariposas y al final, como hacen las monarcas, sólo emigraremos a un mejor lugar.